Una reflexión para el camino, reaccionando al pasaje bíblico de Mt.11:25-30
Descanso es una palabra agradable, hasta que se convierte en necesaria. La idea del término bíblico
nos lleva a considerar que a alguien se le haga o permita que cese de cualquier labor o movimiento
a fin de recobrar fuerzas. Refiere un esfuerzo y ansiedad anteriores. Descansar es también un
respiro, es recrear, sobre todo en tiempos inciertos como los actuales.
En lo que parece ser una pausa en el caminar de Jesús, se levanta una expresión de alabanza a Dios.
Una alabanza que interpreta la revelación del Creador como una gesta de gracia entre «los niños y
niñas», las personas dóciles, pero las menos valoradas de este mundo. Algo que los y las grandes,
en su sabiduría y entendimiento, no logran percibir.