Durante los años sesenta, varios sectores de las iglesias evangélicas en América Latina empezaron a preocuparse por la aguda crisis social que vivía el continente. Se preguntaban cómo podían ser fieles a Jesucristo en un contexto donde las grandes mayorías sufrían empobrecimiento y exclusión.

Durante este tiempo, surgieron también algunas experiencias de colaboración interdenominacional. Uno de estos movimientos fue “Evangelismo a Fondo”, que proponía una evangelización contextualizada a través de la participación de toda la membresía de las iglesias.

Algunos líderes de este movimiento, junto a estudiantes del Seminario Bíblico Latinoamericano, empezaron a reflexionar sobre los alcances y debilidades del movimiento. Las iglesias evangélicas habían crecido, pero no se notaba transformaciones en las comunidades que propiciaran mejores condiciones de vida. Como resultado, se reconoció la necesidad de reflexionar teológicamente sobre un nuevo modelo de iglesia y así plantear una práctica pastoral transformadora. Así nació en 1973 el Centro Evangélico Latinoamericano de Estudios Pastorales (CELEP) en San José de Costa Rica bajo el liderazgo inicial de Orlando Costas.

Con esta nueva visión, la pastoral fue definida como “las acciones organizadas, emprendidas por la iglesia en el cumplimiento de la misión de Dios”; por lo tanto, la pastoral fue entendida como una tarea de toda la iglesia. De tal manera que pastores, pastoras, y otros líderes se convirtieron en facilitadores de las acciones pastorales de la iglesia. Para entonces, CELEP promovió, a través de capacitación e investigación, una pastoral contextualizada con las siguientes características:

  • Bíblica: nutrida por la relectura de la Biblia desde la realidad latinoamericana.
  • Evangélica: enraizada en el Evangelio, las buenas nuevas del amor de Dios por el mundo en Jesucristo y con un trasfondo en las tradiciones cristianas que surgieron en la Reforma Protestante del siglo XVI y que pasaron por una experiencia misionera en América Latina.
  • Evangelística: comprometida, como producto de “Evangelismo a Fondo”, con la movilización de toda la iglesia en la tarea de compartir las buenas nuevas en formas integrales.
  • Ecuménica – abierta no solamente a personas de otras tradiciones cristianas sino también comprometida con la oikomene cristiana, la iglesia de Jesucristo alrededor del mundo.
  • Latinoamericana – identificada con las luchas y esperanzas del los pueblos del continente, especialmente con los grupos marginalizados.

El 14 de septiembre de 1985, un grupo de personas centroamericanas que participaron en esta iniciativa se reunieron en las oficinas de la Iglesia Nacional Presbiteriana de Guatemala y establecieron una oficina regional semiautónoma en la ciudad de Guatemala denominada CEDEPCA (Centro Evangélico de Estudios Pastorales en América Central). Las personas participantes en la asamblea constitutiva fueron: Martha Judith Castañeda Amaya, Blanca Nieves Cano, Oscar Alfredo Jacobs Estrada y Gonzalo Carrera Garrido de Guatemala; Guillermo Monestel Salazar y Arturo Piedra Solano de Costa Rica; Jerjes Perfecto Ruiz Castro de Nicaragua; Andrés García Medina y José Omar Wills Gómez de Honduras. En esta reunión se eligió su primer comité directivo: Oscar Alfredo Jacobs Estrada – presidente, Blanca Nieves Cano – secretaria, Jerjes Perfecto Ruiz Castro – vocal uno, Arturo Piedra Solano – vocal dos y José Omar Wills Gómez – vocal tres.

Otras iniciativas regionales similares habían sido ya establecidas en México, Brasil y la región andina. En 1998, CELEP, la organización continental, fue absorbida por sus oficinas regionales, y CEDEPCA se convirtió en un ministerio autónomo.