Arnoldo Aguilar

03/04/2024

 

A lo largo de los siglos, al calor de la expansión y crecimiento de las iglesias cristianas, esta tradición ha tenido una importante incidencia en los lugares en donde se ha situado. Esto podría nominarse como una etapa, precisamente de expansión de la presencia cristiana en una sociedad determinada; no obstante, en muchos lugares ha sido sólo eso, una etapa que será sucedida por otras.

Esto se hace evidente en una nota periodística reciente, con respecto a la creciente desacralización de iglesias en Bélgica, específicamente en lo referente a la iglesia de San Antonio de Padua:

“La pérdida de católicos practicantes y los enormes gastos que conlleva el mantenimiento de un edificio histórico ha llevado a algunas parroquias de Bélgica a cerrar sus iglesias, desacralizarlas y darles otros usos transformándolas en restaurantes, hoteles e incluso un rocódromo, que ahora se ha convertido en el nuevo templo para los escaladores de Bruselas”.[1]

Esta nota encaja con la tendencia que viven desde hace mucho las iglesias de Europa, que otrora fueron cuna y fuerza de la expansión del cristianismo durante dos mil años. Pero hay un giro notable, que confronta el pensamiento de inmutabilidad. La belleza de los templos con su exquisita riqueza arquitectónica, los impresionantes vitrales y la amplitud de sus espacios creados para el recogimiento, ahora figuran como restaurantes, gimnasios de escalada, hoteles o clubes nocturnos.

En el centro de este giro puede distinguirse dos factores importantes, a lo mejor concatenados entre sí. Por un lado la disminución de fieles que acuden a los templos, en Bélgica, por ejemplo, mientras el 83% de la población reconoce haber sido formada en la tradición cristiana, tan sólo el 10% de la población asisten a una iglesia con regularidad.[2] Por el otro lado, la percepción de que la iglesia ha dejado de ser influyente en la sociedad. Habrá que conocer las tensiones históricas, sociales, religiosas y étnicas que han figurado en esta carencia.

Es relevante esa tendencia a desacralizar los espacios tradicionalmente considerados como sagrados. Es inevitable plantear preguntas para derivar algún aprendizaje que sea oportuno para sociedades en donde aún la presencia cristiana tiene una cuota de aceptación y expansión. ¿Cómo se estableció la relación iglesia – ser humano contemporáneo en estos contextos? ¿A servicio de qué o de quién ha estado la iglesia y sus liderazgos? ¿Qué otras opciones se abrieron para llenar los espacios que las iglesias no supieron llenar? ¿Qué ha pasado con la novedad del evangelio del reino en este fenómeno? ¿Es esta una etapa que se ve venir en América Latina? Las respuestas quedan para la reflexión.

Viendo esto desde Latinoamérica, es claro que los contextos y las sociedades son muy particulares. No obstante, es pertinente considerar las posibilidades de la mutabilidad de la iglesia. Sobre todo, al analizar cómo en los últimos 20 años, mientras se registra un amplio crecimiento de la iglesia protestante en Guatemala, estas han sido influidas por modelos exógenos, en su institucionalidad, estructura, espiritualidad, misión y liturgia.

En todo caso, se torna necesario revisar las bases eclesiológicas que nutren a cada comunidad de fe en nuestro contexto. En ello tiene algún espacio la amenaza de la desacralización, no sólo de los templos (o megatemplos) sino de la desacralización de la iglesia como asamblea de Dios (Ekklesía). ¿En qué momento lo sagrado deja de serlo? ¿En qué momento la vida abundante deja de ser lo más sagrado que la iglesia representa?

Esto no es, necesariamente, cuestión de templos y de sociedades secularizadas (o post cristianas), pero un tema que desafía lo que significa ser iglesia, comunidad de fe, y permanecer siéndolo a pesar de los tiempos. El crecimiento es algo tan real como el decrecimiento, y el ejemplo belga puede dar fe de eso. Es otra forma de referirse a la terrible “puerta trasera”, a la migración entre las iglesias, las cuales no siempre se evidencian en los datos estadísticos.

Los templos se cierran, porque la iglesia pierde su relevancia. Aunque mantiene sus ropajes litúrgicos y sus ceremonias apoteósicas, aunque propicia un momento sublime, pero ya no dice nada para la vida cotidiana, porque se desinteresa por la realidad imperante, porque grita tan fuerte que es incapaz de escuchar, porque habla tanto de Dios que ha perdido a Dios, y, con ello, se desliga de las injusticias y de las crisis que viven las personas.

Es imprescindible retomar la riqueza de la comunidad de fe como signo visible de la gracia de Dios. El encuentro humano, con la calidez del respeto y la solidaridad; esa comunidad de bienvenida que recoge los pedazos del ser humano abatido, le dignifica y le acompaña, es una comunidad que puede prevalecer aunque de los templos no quede piedra sobre piedra.

Quizás los creyentes (o ex creyentes) belgas tengan una lección para nosotros y nosotras; a lo mejor puedan hablarnos de su experiencia al gozar de una fe histórica en lugares sagrados maravillosos. A eso podrían añadir también la exhortación a crear comunidades de fe, más humanas y resilientes. Comunidades sensibles a las carencias humanas, atentas a los signos de los tiempos, resistentes a la petrificación y, sobre todo, abiertas a la novedad del evangelio.

En nuestro país, mientras se le llama iglesia a un templo millonario, como a un garaje o a una galera sentada sobre cuatro parales, es menester tener presente que iglesia es la gente, el pueblo de Dios, el cuerpo de Cristo. Toda concepción e intensión eclesiológica debe darse desde y para la gente, lo más sagrado de la experiencia eclesial. De lo contrario, sea templo suntuoso, o galera endeble, tarde o temprano, también quedará vacía.

 

[1]EFE/EPA, Una iglesia belga, templo de escaladores ante la escasez de creyentes, 01/04/2024 a las 12:06h. Disponible en: https://www.abc.es/sociedad/iglesia-belga-templo-escaladores-ante-escasez-creyentes-20240401120606-vi.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.abc.es%2Fsociedad%2Figlesia-belga-templo-escaladores-ante-escasez-creyentes-20240401120606-vi.html

[2] Raf Casert, Associated Press, Las iglesias vacías de Europa abren sus puertas a otros usos, como la bebida y el baile, 24/06/2023. Disponible en: https://www.latimes.com/espanol/internacional/articulo/2023-06-25/las-iglesias-vacias-de-europa-abren-sus-puertas-a-otros-usos-como-la-bebida-y-el-baile