Núcleo Mujeres y Teología

¿Un artículo más sobre la violencia contra las mujeres? Uf… ¡qué fastidio! ¿Ayudan en algo?  ¿Vale la pena escribirlo y leerlo? … podrían muchos pensar, otras pueden decir ¡Pues sí!  ¡Vale la pena! ya que las mujeres queremos vivir sin violencias y es una forma pacífica de denuncia para que se procese y se le ponga fin. Y, ¿cuántas asociaciones, organizaciones, instituciones están trabajando para decir ¡alto! no más violencia contra las mujeres ni contra ningún otro ser humano?  Cuantas haya, no son suficientes porque es necesario que las voces crezcan y se eleven para identificar, molestar y detener este flagelo que grotesca y silenciosamente afecta a miles y miles de mujeres en Guatemala y en muchos lugares del mundo.

El Núcleo Mujeres y Teología de Guatemala durante sus 29 años de existencia intenta visibilizar y denunciar las acciones que afectan a las mujeres y las personas más vulnerables de la sociedad guatemalteca con una mirada crítica, aunado a un sentimiento de profundo dolor, ante estos hechos antinaturales que golpean y degradan a los seres humanos ya que no sólo disminuye a las víctimas sino también a los victimarios.  La lucha contra la violencia hacia las mujeres es un punto medular de la razón de ser del Núcleo, por lo que desarrolla talleres, conferencias, jornadas, diplomados y escritos como medios para prevenir y evidenciar estas violencias desde distintas miradas, una de ellas, la mirada y el actuar de Jesús de Nazareth. En el Evangelio de Juan encontramos el siguiente episodio:

En esto, los maestros de la ley y los fariseos se presentaron con una mujer que había sido sorprendida en adulterio.  La pusieron en medio de todos y preguntaron a Jesús: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida cometiendo adulterio.  En la ley de Moisés se manda que tales mujeres deben morir apedreadas.  ¿Tú qué dices?» La pregunta iba con mala intención, pues querían encontrar un motivo para acusarlo.  Jesús se agachó y se puso a escribir con el dedo en la tierra.  Como ellos insistían en preguntarle, Jesús se levantó y les dijo: «Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.» Después se agachó de nuevo y siguió escribiendo en la tierra.  Al oír esto se fueron uno tras otro, comenzando por los más viejos, y dejaron solo a Jesús con la mujer, que continuaba allí frente a él (Jn 8, 3-9).

En este pasaje vemos dos formas distintas de actuar, muy comunes en los círculos masculinos. El primero el de los fariseos y maestros de la ley que acusan a la mujer ¿Cuánta violencia estaba viviendo la mujer ante un grupo jerárquico y patriarcal? ¿Cuánta violencia habitaba su cuerpo? Por mencionar algunas: violencia sistémica, violencia de género, violencia sexista, violencia sexual, violencia cultural, violencia corporal, violencia económica, violencia emocional…  Mucho se podría decir sobre las violencias que ella vive, sin embargo, mencionar que la otra forma de actuar, paradigma humano y por qué no decirlo, paradigma masculino es con la no violencia que Jesús practica con ella. Ordaz Zamora (2023)[1] comenta que “Jesús siempre estuvo rodeado de mujeres, … las trataba de una forma diferente, las defiende, las hace discípulas, en esta narración de Juan, no condenó, sino perdonó, dio un testimonio, de que no estaba de acuerdo con las leyes que regían a ese pueblo.” Por otra parte, José Antonio Pagola en uno de sus libros pregunta sobre ¿Qué hacer en las comunidades cristianas respecto a la defensa de la mujer? Brindando de una vez la respuesta según su criterio: “promover una vida más digna, justa e igualitaria entre varones y mujeres”; “tomar conciencia de que nuestra manera de entender, vivir e imaginar las relaciones entre mujeres y hombres no proviene siempre del evangelio”, “eliminar ya de la Iglesia las visiones negativas de la mujer como “ocasión de pecado”, “origen del mal” o “tentadora del varón”; “romper el inexplicable silencio que hay en no pocas comunidades cristianas ante la violencia doméstica que hiere los cuerpos y la dignidad de tantas mujeres”.

Vamos a detenernos un poco en este silencio que encubre tantas acciones viles en contra de las mujeres.  Lubia De León en su artículo “Violencia simbólica, un mal silencioso”[2] se acerca al texto de 1 Timoteo 2, 11-12 que dice: “Que la mujer sea sumisa y aprenda en paz. No permito que la mujer enseñe o mande a los hombres; que se quede tranquila.” Ella hace ver que este es “un tipo de violencia invisible, sutil, que pasa desapercibido, pero es muy poderoso, y la persona que lo sufre lo acepta a fin de obtener reconocimiento en su círculo social. Se consolida desde la dominación patriarcal a través de los roles establecidos para cada género, naturalizándolos y sin advertir que son en realidad, una construcción política y social.” Asimismo, señala que situándose el contexto a inicios del cristianismo ayudó a fundamentar que el género masculino se sintiera con la autoridad para dominar a las mujeres. Subraya: “Esta falacia se asentaba sobre la base de un orden querido por Dios para lograr el sometimiento y la obediencia de las mujeres debido a su carácter secundario. En los versículos 13-14, se expresa: “Miren que Adán fue formado primero y después Eva.  Y no fue Adán el que se dejó seducir; la mujer se dejó seducir y luego desobedeció, y se salvará por la maternidad…con tal que ellas perseveren en la fe, el amor y una vida santa, y que sean capaces de moderarse.”

Sigue señalando que “Es así como la suma de la sacralización de los textos patriarcales que se encuentran en la Biblia y la permanencia de un discurso fundamentado en estos, lograron la subordinación sistemática de las mujeres, violentando su dignidad y autovaloración. Sobre este imaginario desvirtuado del ser de las mujeres se han naturalizado los estereotipos y las relaciones desiguales entre géneros, que operan en las distintas instituciones sociales como la familia, la escuela, las iglesias; de ahí que sea necesario identificar y erradicar esta forma de violencia”.

Por lo que, con todos los medios a nuestra disposición debemos motivar, publicitar y participar en las diferentes actividades que se realizan a nivel local y global para extirpar el cáncer de la violencia contra las mujeres.

Hay dos fechas especialmente importantes.  La primera es el 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, que conmemora “la lucha de las mujeres por sus derechos, liberación, dignidad, igualdad y participación sociopolítica” que como dice Alzira Munhoz refiriéndose a lo expresado por la pastora luterana Judith Vanosdol: “no es un día para proclamar la belleza de la forma femenina; una excusa para piropear; un día para poner a la mujer sobre un pedestal; o para elogiar cuan noble, sacrificada, sufrida, etcétera, que era, es y será. … el objetivo del “Día” es ser solidarias y solidarios con la lucha de las mujeres en su vida y trabajo en la sociedad y comprometerse con la búsqueda de su liberación y dignificación” [3].  La segunda fecha es el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y marca el inicio de 16 días de activismo contra la violencia de género que finalizan el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos haciendo ver de esta forma que la violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos. Dice Munhoz que “Esta campaña sigue teniendo una gran relevancia para todas las mujeres cuya dignidad sigue estando amenazada… Detener esta violencia comienza con la creencia de las sobrevivientes mediante la adopción de enfoques integrales e inclusivos que aborden las causas básicas, transformen las normas sociales dañinas y empoderen a las mujeres y las niñas.” [4] También resalta que la Ley Orgánica del Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia[5] de la República Bolivariana de Venezuela expone 20 tipos de violencia: violencia psicológica, acoso, amenaza, violencia física, doméstica, sexual, acceso carnal violento, prostitución forzada, esclavitud sexual, acoso sexual, violencia en el ámbito laboral, equidad y violencia económica, violencia obstétrica, esterilización forzada, violencia en los medios de comunicación, violencia institucional, simbólica, trata de mujeres, niñas y adolescentes, inducción o asistencia al suicidio, feminicidio.

Como la lectora o lector puede darse cuenta, la violencia simbólica que se mencionó anteriormente, es muy sutil así que ponerle nombre y entender en qué consiste es vital para que deje de ser invisible en la sociedad y pueda ser arrancada, como la cizaña mencionada en el Evangelio: “… entonces diré a los trabajadores: Recojan primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, pero el trigo júntenlo en mi granero»” (Mt 13, 30).

Estamos conscientes de que la violencia contra las mujeres debe abordarse para todas las edades; por lo mismo, queremos finalizar esta aportación planteando la necesidad de proteger a las mujeres. Nos dice Maite Menor[6]: “Hay mucha legislación tanto nacional como internacional que protege a las y los adolescentes, pero mientras siga existiendo violencia y violaciones a mujeres, como sociedad no estamos haciendo lo que debemos hacer. Esta realidad nos tiene que retar para preguntarnos qué más podemos hacer por ellas, de qué manera podemos protegerlas, cuál es nuestro grano de arena para ayudar a construir una sociedad libre de violencia, donde las adolescentes puedan desarrollarse plenamente sin tener que ir con miedo por las calles. Son muchos los frentes que tenemos que atender, pero no podemos mirar para otro lado si queremos ser constructoras de una sociedad libre de violencia, sana y sanadora.  Para los y las seguidoras de Jesús de Nazareth, creemos en una comunidad justa, igualitaria, con derecho a ser felices y siendo protagonistas de nuestra propia historia. Trabajemos para que las adolescentes también puedan serlo”.

LIBERAR ES UN SIGNO DEL REINO

 

 

[1] Alfonso Ordaz Zamora, “La defensa de la mujer adúltera” Grupos de Jesús, 25 julio 2023, disponible en: https://www.gruposdejesus.com/etapas/etapa-4-rasgos-de-jesus/tema-25-la-defensa-de-la-mujer-adultera/

[2] Lubia De Léon Vela, Violencia Simbólica un mal silencioso, 2021. Texto completo disponible en: https://nucleomujeresyteologiaguatemala.blogspot.com/2021/12/violencia-simbolica-un-mal-silencioso.html

[3] Alzira Munhoz, Día Internacional de Lucha de las Mujeres, 2022. Texto completo disponible en: https://nucleomujeresyteologiaguatemala.blogspot.com/2023/03/dia-internacional-de-lucha-de-las.html

[4] Alzira Munhoz, 16 días de activismo contra la violencia de género, 2022, disponible en: https://nucleomujeresyteologiaguatemala.blogspot.com/2022/11/16-dias-de-activismo-contra-la.html

[5] Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, 2017, disponible en: https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/BDL/2008/6604.pdf

[6] Maite Menor, Vidas resilientes o vidas rotas, 2023, disponible en: https://nucleomujeresyteologiaguatemala.blogspot.com/2023/07/vidas-resilientes-o-vidas-rotas.html