LA LUZ Y LA ENERGÍA DE LAS MUJERES ILUMINAN EL CIELO Y LA TIERRA
Artículo en conmemoración al Día Internacional de la No Violencia Contra las Mujeres
9 de Marzo 2017. El día de ayer me prepare y encamine mis pasos hacia el Centro Histórico de mi ciudad de Guatemala, con la intención de unirme a la marcha sobre la conmemoración del Día Internacional de la Mujer , al llegar me detuve por un momento para apreciar la marcha que ya había iniciado, en ella pude ver las diferentes formas de expresión, como el rechazo y búsqueda por una vida digna valoración y respeto por las mujeres de todas edades, de diferentes poblaciones y también de diferentes países que se unieron en la marcha en un solo sentir. También los cantos, las risas y entusiasmo con los carros alegóricos decorados por la ocasión, formaban un hermoso caleidoscopio en un luminoso y soleado día.
Hubo una importante representación y participación de mujeres, sin dejar de mencionar a un buen número de hombres que también participaron, a una sola voz en justas demandas por la vida, salud, educación y respeto por la dignidad como personas con los mismos derechos a tener una vida plena. Confiando que estas voces no fueran como globos que se los lleva el viento, si no que haya un eco que lo repita y resuene cada día, para que se reconozca que las mujeres somos importantes y valiosas dentro de la sociedad.
El participar en la marcha es una manera de expresar el descontento e incomodidad que produce la marginación, discriminación e invisibilización hacia las mujeres en nuestro país a la vez poder presentar las propuestas por la búsqueda del reconocimiento y valor por la vida de nosotras las mujeres.
Fuimos creadas a imagen y semejanza de Dios, se nos otorgó el privilegio de ser dadoras de vida, inteligentes, creativas, con dones y talentos, nuestra existencia es muy importante dentro de cada familia, en cada sociedad en cualquier país del mundo, por ello debemos de ser unidas, velar unas por otras en la búsqueda de la justicia y el bien común.
Al retornar, me sentía muy bien de haber participado en la marcha. Había en mí una inspirada emoción llena de esperanza, pensando que puede haber un futuro mejor en donde las mujeres podemos seguir superándonos y desarrollándonos para construir mejores proyectos de vida en bien de la superación personal, familiar y social.
Al llegar a mi hogar al medio día me entero por las noticias, que un incendio en el Hogar Seguro virgen de la Asunción habría causado la muerte de niñas y adolescentes que estaban bajo el cuidado de esta institución. Las noticias no daban aun con exactitud los nombres, ni la cantidad exacta de las víctimas. Estaba atónita, no lo podía creer, el solo pensar en lo que vivieron nos causa enojo, impotencia y dolor, que en el día internacional de la mujer, niñas y adolecentes fueran victimas de algo tan atroz y tan terrible. Fue para mí un desplome total, la sola idea de pensar en ello ha dejado un profundo dolor en la vida de todos y todas las personas tanto a nivel nacional como internacional. Que fue lo que realmente paso, hay varias versiones y aun esta por esclarecerse la responsabilidad y culpabilidad de las personas cercanas que dirigían la institución. Esperamos que se haga justicia conforme a la ley y se reconozcan los daños tanto materiales, morales, espirituales, emocionales y físicos a las víctimas, sobrevivientes y a sus familias.
Consecuencia de esto el día de hoy nos faltan 41 niñas y adolescentes, las cuales se suman a muchas mujeres víctimas de violencia según las estadísticas. Hay dolor y luto en las familias de las víctimas, en la vida de los y las guatemaltecas que amamos la vida, ese dolor es creado por la violencia generalizada, injusticia y marginación. Es tiempo que reflexionemos y también pidamos perdón por lo que hemos dejado de hacer por el bienestar de las y los más necesitados de nuestra sociedad, nuestra indiferencia, nuestra negación a una realidad que nos afecta diariamente y nos insensibiliza.
La violencia es un fenómeno universal, hoy en día se permite y tolera a la misma como algo natural en la expresión del ser humano. Hemos olvidado que también la violencia es un pecado que atenta contra la vida, sea cual sea su forma o manifestación, y hoy debemos participar activamente en la educación por la erradicación de violencia desde nuestros hogares, iglesias y sociedad.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la no Violencia Contra La Mujer es importante hacer una pausa en el camino para reflexionar conjuntamente y de nuevo reconocer en nosotras los principios, dones y valores con que fuimos dotadas para contribuir en la búsqueda del bienestar y vida plena. Jesús en su caminar saco del anonimato y dignifico a cada una de nosotras como mujeres, hemos recibido de él la libertad para llevar el mensaje de esperanza, paz y armonía.
Debemos asumir un compromiso para ser parte activa en la búsqueda de la dignificación, justicia y bienestar de las mujeres, que dará como resultado mejores personas, familia y sociedad. Sigamos adelante desde nuestro entorno contribuyendo en alcanzar la justicia, educación, el desarrollo, salud, armonía y paz.
Sonia E Lopez de Marroquin.
Estudiante del Seminario Bíblico Teológico y
Del Diplomado de Teología desde las Mujeres del Programa
Pastoral de las Mujeres de CEDEPCA