Oración inicial:

Dios madre, te pedimos que en esta hora sagrada, nos abraces como la gallina abraza a sus polluelos, que nos escuches como nuestras abuelas están atentas y que nos hables como una niña que nos cuenta historias. Dios padre, hermano y amigo, quédate con nosotras/os y acompaña nuestros caminos.

Canto sugerido:

“//Dios está aquí, tan cierto como el aire que respiras, tan cierto como la mañana se levanta, tan cierto como que te canto y me puedes oír//”

Remembranza:

Hoy convocamos el espíritu de todas las mujeres, en todas las partes de la tierra. Recordamos sus peleas y sus triunfos, sus alegrías y su dolor. Clamamos por justicia en aquellas que denuncian y pedimos unidas por el cese de toda VIOLENCIA CONTRA TODAS. Nos reunimos convocadas por la indignación y la esperanza y conspiramos en este espacio sagrado, para caminar colectivamente por el Shalom para toda mujer y demás seres que habitan la casa común.

Canto sugerido:

Momento nuevo (Creación colectiva Brasil)

1. Dios hoy nos llama a un momento nuevo, a caminar junto con su pueblo.
Es hora de transformar lo que no da más; y solas y aisladas ninguna es capaz.

Coro
//Por eso ¡ven!, entra a la rueda con todas; también tu eres muy importante// ¡ven..!

2. Ya no es posible creer que todo es fácil, hay muchas fuerzas que producen muerte;
Nos dan dolor tristeza y desolación. Es necesario afianzar nuestra unión.

3. La fuerza que hace hoy brotar la vida, obra en nosotras dándonos su gracia;
Es Dios que aún nos convida a trabajar, su amor repartir y sus fuerzas juntar.

Primera Lectura:

Génesis 1: 26-27 (Traducción en Lenguaje actual)
Al ver Dios tal belleza, dijo: “Hagamos ahora al ser humano tal y como somos nosotros. Que domine a los peces del mar y a las aves del cielo, a todos los animales de la tierra y a todos los reptiles e insectos.”
Fue así como Dios creó al ser humano tal y como es Dios. Lo creó a su semejanza. Creó al hombre y a la mujer.

Segunda Lectura:

Gálatas 3: 27-28 (Traducción en Lenguaje actual)
Porque cuando fueron bautizados, también quedaron unidos a Cristo, y ahora actúan como él. Así que no importa si son judíos o no lo son, si son esclavos o libres, o si son hombres o mujeres. Si están unidos a Jesucristo, todos son iguales.

Lectura del Evangelio:

Lucas 8: 1-3
Los días siguientes, Jesús fue por muchos pueblos y ciudades anunciando las buenas noticias del reino de Dios. Con Jesús andaban también sus doce discípulos y muchas mujeres. Estas mujeres ayudaban con dinero a Jesús y a sus discípulos. A algunas de ellas, Jesús las había sanado de diferentes enfermedades y de los espíritus malos. Entre esas mujeres estaba María, a la que llamaban Magdalena, que antes había tenido siete demonios. También estaban Juana y Susana. Juana era la esposa de Cuza, el administrador del rey Herodes Antipas.

Lectio divina:
1. Leemos. Atenta y pausadamente el texto de nuevo.
2. Meditamos. En el significado del texto ¿qué me dice el texto?
3. Oramos. En lo que nos dijo el Espíritu por medio del texto
4. Accionamos. Lo que hemos descubierto al leer, meditar y orar, lo llevamos a la vida cotidiana y pensamos en acciones que queremos tomar a partir de ahora.

Canto sugerido:

Gente nueva (J.A. Espinoza –Perú-)

1. Gente nueva creadora de la historia, constructora de nueva humanidad, gente nueva que vive la existencia como riesgo de un largo caminar.

Coro-
Danos un corazón grande para amar, danos un corazón fuerte para luchar.

2. Gente nueva, luchando en esperanza, caminantes sedientas de verdad, gente nueva sin frenos ni cadenas, gente libre que exige libertad.

3. Gente nueva, amando sin fronteras por encimas de razas y lugar, gente nueva al lado de las pobres, compartiendo con ellas techo y pan.

Comunión: Nos reunimos en la mesa todas y todos, sin distinción alguna. Tomamos del pan y el vino para recordar la vida de Jesús y convocar a la justicia como parte de la mesa de Dios. Partimos el pan y el vino y tenemos comunión, en memoria de Él…

¡Abrazo de la paz!

Oración final y envío:

¡Oh! Dios, en misterio y silencio estás presente en nuestras vidas, sacando nueva vida de la destrucción, esperanza de la desesperación, desarrollo de las dificultades. Te agradecemos por no dejarnos solas y te pedimos por más fuerzas en este camino. Ayúdanos a percibir tu mano visible a lo largo de nuestras vidas y a saber escuchar la dulce guía de tu Espíritu. Abre nuestros ojos y corazón para que podamos acompañarnos y ser conscientes de las realidades que nos apagan. Que el poder de tu resurrección, resucite nuestras esperanzas y reivindique nuestras historias. En Jesucristo, Amen.
¡Qué la bendición de Dios madre, padre, hermana, hermano y Espíritu, sea con todas nosotras, nosotros y nuestros caminos! ¡Vamos todas y todos, con la paz de Dios!